Difícilmente en la historia han existido personajes tan controversiales como George W. Bush. Entre odios y amores, fotomontajes, parodias y documentales ganadores del oscar, George W. Bush es el símbolo perfecto de la primera década del siglo XXI: Por una parte, representa el regreso triunfal del Neoconservadurismo y del discurso del terror, y por otra parte, representa el altísimo nivel de ignorancia y sometimiento mental en el que el mundo occidental se encuentra.
Gracias a W, ultraconservadores disfrazados de demócratas como José María Aznar, Tony Blair, Silvio Berlusconi, Vicente Fox y Álvaro Uribe Vélez, han logrado salir a flote con su inflada y poco eficiente lucha contra el terrorismo.
Gracias a W, el mundo tiene más armasmenos comida, más inseguridad y menos democracia.
Luego, tu padre, miembro también de ésta exótica sociedad secreta (skulls and bones), hace una carrera maravillosa hasta ser director de la CIA, luego vicepresidente de Ronald Reagan y finalmente presidente de los Estados Unidos. Luego tu papi, en vez de jubilarse, decide viajar por el mundo en representación del grupo Halliburton, negociando petróleo y armas con países islámicos verdaderamente fundamentalistas como Iraq.
Entonces quedas tu, tercera generación y con el mismo nombre de tu honroso padre. Tu hermano Jeb, quien claramente es el favorito de papi, hace una carrera prestigiosa mientras deshonras a tu padre con tu alcoholismo prematuro y tu pésimo manejo de las empresas petroleras familiares.
¿Qué harías? - quizás lo que cualquier delfín como Simón Gaviria, Andrés pastrana y Germán Vargas Lleras
deciden hacer en algún momento de su vida, y que me perdonen los maravillosos delfines por compararlos con semejantes oportunistas. Dejan su vida yuppie parcialmente, y se dedican a explotar sus apellidos presidenciables.
Entonces el pequeño George, decidió unirse a skulls and bones, convertirse en gobernador de Texas, postularse para presidente y luego llamar al gabinete de su padre para acompañarlo en la santa cruzada del petróleo y los recursos de medio oriente. Ésta vez, el pequeño George sentará las bases para el plan que papi anunció en televisión el 11 de septiembre de 1990: El Nuevo Orden Mundial.
Sip... el mismo que estás pensando.
No faltará quien diga que en el mundo hay consenso y odio generalizado hacia W y que por lo tanto, no es un personaje controversial. Ellos, quienes consideran que George Bush es un ayudante de Satán, son en su mayoría quienes lo respaldaron en su lucha contra el terrorismo 6 años atrás, y ahora son quienes saludan con un vago e ignorante optimismo la llegada de Barack Obama a la casa blanca. Al respecto, me pronuncié en La mejor película del año: Barack Obama salva el mundo.
En todo caso, Oliver Stone, quien seguramente no ha podido dormir desde world trade center y Alexander, ha aprovechado la salida de W para hablarnos del hombre detrás de bambalinas. El resultado es una película entretenida que reivindica a Oliver Stone, resalta al señor actor que es Josh Brolin (Milk, no country for old men), y junto a un reparto especial donde sobresalen Richard Dreyfuss, Thandie Newton, Ellen Burstyn, James Cromwell, Scott Glenn y Jeffrey Right, en los papeles correspondientes de Dick Cheney, Condoleeza, Barbara Bush, George padre, Donald Rumsfield y Colin Powell.
Por supuesto, Oliver Stone es más conocido por hablar de temas espinosos del mundo de las conspiraciones, que por su rigurosidad histórica. Es evidente que el trasfondo de la película es también cuestionar el papel imperialista de Estados Unidos en medio oriente y su forma de saltarse cualquier tratado internacional vigente. Por supuesto, hay temas omitidos y temas innecesarios, al mejor estilo de Oliver Stone.
W. es la imagen del sujeto detrás del odio y las
burlas que recibimos todos los días por internet. Es el reflejo de un hombre apasionado por el Baseball, que se encuentra en la difícil posición de ser nieto e hijo de Prescott y George Herbert, y que tarde o temprano se convierte en el instrumento por el cual el mundo que conocíamos, lentamente desaparece desde el 2001. También nuestras libertades y la poca justicia que tristes 200 años de vida republicana habían logrado.
W. es la imagen del conejillo de indias de turno que el mundo ha decidido satanizar. Satán, claramente está detrás de bambalinas, riéndose de nuestros falsos odios y nuestros falsos optimismos, ahora que pensamos que el señor Obama va a salvar el mundo.
Aclaración necesaria para ésta entrada: Para los maniqueistas que les encanta polarizar cualquier artículo publicado en éstas páginas, aclaro que no soy partidario de Bush, estoy abiertamente en contra de las políticas internas y externas de su gobierno, y me fastidia aún más que gracias al falso positivo más grande de ésta década (9/11) exista en nuestro país un presidente con el mismo discurso y el mismo perfil del
texano. Aún así, no le como a Obama, de la misma manera que no le comeré a Ingrid o al Mini-me Arias cuando me prometan cielo y tierra para llevarnos a la paz y a la salvación de éstas tierras.
No lo han hecho en 200 años, no lo van a empezar a hacer ahora.
Hasta la próxima... por ahora les dejo a Bill Hicks, hablando de George Bush padre, y en general, de cualquier presidente que sea vendido como el motor del cambio.
0 fuerzas alrededor:
Publicar un comentario