La nueva desgracia para perder el tiempo

Ahora los moralistas, los señores de la verdad y la justicia,
doctos en señalar a diestra y siniestra, culpables de su desgracia
relinchan en todas las esquinas, pidiendo pena de muerte o cadena perpetua para los violadores y asesinos de niños.

Conmovidos y agraciados, los moralistas creen que tienen entre sus manos la causa de una pobre mujer, cuyo hijo no sólo fue asesinado por el padre, sino por una aberrante sociedad que construye éstas escenas todos los días. Su iniciativa, dicen, habrá de detener a los garavitos y co., que todavía inexplicablemente, operan por éstas tierras.

Para completar el pantallazo de los medios (y las altas cifras de desplazamiento opacadas en primera plana), el principal moralista de nuestros tiempos, el funcionario Uribe, se pronunció solidariamente con la mujer, como vil sapo pretendiendo verse "afectado", como si eso fuera a revivir al niño, alegrar a la mujer, y detuviese la violencia interfamiliar que éste país, santuario de la violencia, engendra desde sus orígenes.

Inclusive no faltan los grupos virtuales de la rosca facebookiana, pidiendo mayores castigos para quienes ellos consideran el mal principal de nuestra sociedad. Ellos, los moralistas virtuales, crean un grupo de apoyo por cada encuesta que noticias RCN y Caracol ponen a sus tele-idiotias-videntes, pensando que seguramente ganan su tiquete al cielo.

Moralistas babosos que tiran siempre la primera piedra.

Acaso mañana, ¿les importara un carajo la señora? ¿Recordarán al niño como lo hicieron hoy?

No... seguirán su hipócrita orquesta de destrucción, pegados a sus novelas y noticieros mediáticos, alimentandose de historias asombrosas, en su apocalíptico realismo mágico, mientras "culo pal estanco" termina éste país lléndose, a manos de los lores.

Así las voces morales continúen debatiendo en la W, o mantengan la idea de presentar un proyecto de ley al congreso que castre a los garavitos y Co.
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Primero: La pena de muerte o la cadena perpetua, no detendrán éstos sucesos porque las personas nunca dejan de delinquir, aunque la pena se triplique de un día para otro.

segundo: Lamentable no deja de ser el hecho, pero para evitar que existan replicas, no necesitamos de un falso pesar colectivo.

Tercero: ¿En qué país piensan los moralistas que están? De verdad como pueden creer que aquí existe la autoridad moral para pedir cadena perpetua a los garavitos y co, mientras los causantes del desangre de éste país durante más de 60 años, hoy en día reciben amnistía por el gobierno.

Si de verdad desean justicia, háganla universal para cuanto hijo de su madre aquí habita.

A mí, no me jodan con sus propuestas prematuras y resentimientos oportunistas.

He dicho.

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