Por el banquillo de Zeitgeist Colombia hemos tenido a los abogados, los diseñadores, los profesores y los médicos. Ahora el turno le corresponde a los "jeques" de la información, o en otras palabras, aquellas personas que estudian el comportamiento de seres humanos para comprender que tipo de consumidores son y así poder darle mayores rendimientos económicos a las empresas que los contratan.
Puede que ésta introducción suene un poco cruel para las personas que ven el lado exclusivamente creativo de las propagandas de "Davivienda"..... Puede que también sea exagerado poner el banquillo a una profesión que finalmente reune talentosos creativos, diseñadores, psicólogos y artistas, todo con una finalidad meramente expositiva.
Puede pero no es así... si hay un grupo de profesiones que deben ser puestas en el banquillo son éstas. Más allá del interés creativo de Davivienda, está el mismo interés económico de una institución bancaria que bien se sabe, ha aprovechado las crisis económicas en Colombia para comerse otros bancos y crecer en las revistas de Dinero.
¿Cuántas personas tendrán una imagen amable de Davivienda por sus retorcidas y divertidas propagandas? ¿Cuantas personas habrán abierto una cuenta corriente gracias a éstas propagandas? ¿Existe alguna relación entre la imagen y el servicio del Banco? ¿Habrá alguna relación entre la nueva imágenes del "Banco de Bogotá" o el "Banco de Crédito" con su servicio dócil al poder financiero y monetario mundial?
Ni hablar de monstruos de la publicidad como Coca-Cola, Nike y McDonalds, que con millonarias campañas anuales siguen manteniendo control absoluto sobre las preferencias de consumo de la gente....
Bueno, en principio debemos comprender que las relaciones públicas y la publicid
ad no eran una ciencia sino una práctica comercial que venía acompañada de la corriente distribución de productos que se aceleró en el mundo a partir de los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, el punto de giro lo dieron realmente Sigmund Freud y en particular, su sobrino, Edward Bernays, a través del siglo XX, también conocido como el siglo del individualismo.
Barneys, padre y creador de las relaciones públicas, utilizó los estudios del inconsciente de su tio psicoanalista, para aplicarlos directamente en la sociedad nortamericana post - depresión, y así construir el mundo consumista y materialista actual. La prueba de ésta creación diabólica está en los fantásticos documentales de Adam Curtis... "el siglo del yo", que pueden ver a continuación:
En síntesis, el documental demuestra que las relaciones públicas y la publicidad moderna, son aplicaciones inhumanas que han construido a los humanos en seres programados, somnolientos, ciudadanos pasivos y consumidores activos.
La principal prueba la constituye Joseph Goebbels, el jefe de propaganda del gobierno Nazi de Adolfo Hitler. Goebbels, confeso admirador de Bernays (Norteamericano), diseñó un modelo de propaganda efectivo que permitió transformar una nación en una c
una de pánico, convirtiendo así a los ciudadanos en simples borregos de un espectáculo de terror que todos conocemos. A continuación econtramos 11 principios de propaganda, diseñados por Goebbels, que finalmente aplican a la publicidad y las relaciones públicas modernas....
¿No es así como opera el mundo del marketing, la publicidad y las relaciones públicas? ¿Tanto a nivel privado y comercial como público y político? Bueno, si todavía duda, mire éste divertido y brillante consejo de nuestro amigo Bill Hicks, para las personas que trabajan en Marketing y Publicidad, y que todavía no se han dado cuenta donde están metidos.......
- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
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