RATM
"Conviértete en el cambio que deseas ver"
Jiddu Krishnamurti
"Yes I know my enemies, they are the teachers who taught me to fight me. Conformity, submission and ignorance"
Selección de artículos, ensayos y documentales alternativos para quienes buscan la verdad más allá de la televisión y los medios de información oficiales!
Consecuencias e impacto de los movimientos de indignación del 2011.
También la segunda parte de Aullido, poema de Moloch, narrado por Ginsberg para la BBC en 1964
Extracto del libro "Política del Rebelde: Tratado de resistencia e insumisión" escrito por el filósofo Michael Onfray.
Los mandatarios sólo deberían hacer lo que les mandemos. Pero ellos saben bien que, para ponerlos en su sitio, nada nos hace tanta falta como la cultura que nos recortan.
Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Joseph Goebbels
El ejército israelí lanzó la "tercera fase" del ataque contra Gaza. Después de los brutales bombardeos aéreos y marítimos, después del ingreso de las divisiones blindadas y el bombardeo de barrios, casas, escuelas, hospitales y mezquitas, la "tercera fase" significará el ingreso de las tropas y los blindados a las zonas más densamente pobladas y el comienzo de operativos casa por casa. Para la operación, el alto mando ya hizo ingresar en Gaza a las divisiones de reservistas, que se suman a los 10.000 soldados que ya están operando en la Franja.
El número de víctimas civiles -hasta el momento 1.000 muertos y 4.000 heridos; un tercio de ellos niños; la inmensa mayoría civiles indefensos- crecerá enormemente en los próximos días.
Los propios militares sionistas lo anticipan. "Estamos utilizando un enorme poder de fuego (y) tácticas muy agresivas en las áreas urbanas (...) que están causando una gran destrucción de la infraestructura civil (...) somos muy violentos", reconoció un oficial israelí (Haaretz, 7/1). Un ejemplo de estas "tácticas agresivas" es el bombardeo de tres escuelas en uno solo día; los cincuenta muertos fueron civiles.
El lanzamiento de la "tercera fase" puso fin a las divergencias existentes en gabinete israelí. Según la prensa, se enfrentaban tres posiciones. El ministro de Defensa Ehud Barak y la canciller Tipzi Livni eran partidarios de un retiro inmediato; Barak con un acuerdo internacional, Livni sin firmar ningún acuerdo. El primer ministro Olmert, en cambio, era partidario de continuar la operación "hasta alcanzar los objetivos". Si estas divergencias efectivamente existían, se impuso la que empuja a llevar la masacre del pueblo palestino hasta el final. Representa un punto de vista ampliamente compartido en la dirección del ejército y los organismos de seguridad. "El general israelí Jair Galant advirtió sobre un 'error histórico' si la ofensiva se frena en estos momentos y se pronunció a favor de reconquistar parte de la Franja de Gaza en el marco de la 'fase tres'..." (Ambito Financiero, 12/1).
El lanzamiento de la "fase tres" desmiente que la matanza sea, meramente, una aspecto de la campaña electoral israelí.
La resolución es llevar el operativo a una acción casa por casa y de producir pérdidas civiles mucho más elevadas que las registradas hasta el presente. La operación tiene el objetivo definido hace unos años por el general Moshe Yaalon, jefe del Estado Mayor israelí: "A los palestinos hay que hacerles entender en lo más profundo de su conciencia que son un pueblo derrotado" (El País, 11/1). La masacre de Gaza tendría, pues, una función "didáctica".
Alcanzar nuestros objetivos "puede tomar mucho tiempo", dijo a la prensa el primer ministro Olmert. Pero, precisamente, tiempo no es lo que les sobra a los sionistas. La operación debería concluirse antes de que Obama se haga cargo de la presidencia norteamericana. Para lograrlo, los generales están obligados a acelerar el ritmo de la masacre.
"Cese del fuego"
El lanzamiento de la "fase tres" explica, también, las razones del fracaso de las distintas tentativas de "cese del fuego" discutidas por los diplomáticos internacionales. Israel no está dispuesta a dar por finalizada la operación militar hasta tanto logre sus objetivos políticos en la Franja; en estas condiciones, sólo aceptaría un 'cese del fuego' que significara una rendición incondicional de la resistencia palestina.
La resolución de 'cese del fuego' votada en la ONU no establece el fin de la ocupación militar israelí (sino su 'retiro progresivo') ni la apertura de las fronteras (sino el ingreso de 'ayuda humanitaria'). Israel la rechazó porque significaría la continuidad de Hamas en el gobierno de Gaza.
El gobierno norteamericano se abstuvo, lo que significa que avaló en la práctica el rechazo israelí y la continuidad del operativo militar.
También fracasó el 'cese del fuego' que negociaban Egipto y Francia en El Cairo. "No es suficiente para Israel", declaró un vocero diplomático. Las negociaciones, se sinceró un diplomático europeo, no van a ningún lado" (Financial Times, 9/1). El fracaso de las negociaciones abrió una crisis política entre Israel y Egipto.
"Ninguna potencia extranjera puede dictar a Israel las condiciones de su seguridad", declaró Olmert al rechazar el 'cese del fuego' votado en la ONU. Israel boicoteó las negociaciones para quedar con las manos libres para llevar la ofensiva hasta el final.
Obama ya está 'trabajando'
Para lanzar la ofensiva, el Estado sionista ha contado con el respaldo de todo el arco político israelí e internacional. Pero ni esto ni el inmenso poder de fuego de su ejército habrían alcanzado sin el respaldo incondicional de Barack Obama, que a todos los efectos prácticos actúa como el verdadero presidente norteamericano.
Obama no sólo ha realizado declaraciones a favor de Israel durante toda la campaña electoral; no sólo ha llenado su gobierno de reconocidos sionistas -su vicepresidente, Joseph Biden, es un decidido sionista, al igual que su canciller Hillary Clinton; el jefe de gabinete es Emmanuel Rahm, ciudadano israelí y veterano del ejército sionista; su enviado a Medio Oriente es Dennis Ross, otro firme defensor del sionismo. Lo central es que los hombres de Obama ya están actuando a favor de Israel.
El hombre que designó al frente del Pentágono, Robert Gates, ya está en funciones porque es el secretario de Defensa de Bush.
Como consejero de Seguridad Nacional designó a Jim Jones, un general de los marines en retiro. El hombre tiene una vasta experiencia en el Medio Oriente ya que fue enviado por el gobierno de Bush para entrenar y encuadrar a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas. "Los israelíes esperan que la continuidad diplomática venga con Jim Jones", señala un corresponsal (Corriere della Sera, 10/1). Más directo, Amir Oren, periodista de Haaretz, señala que "durante esta semana, la voz que se oye es la de (Condoleezza) Rice pero las manos que se mueven son las de Jones. La estrategia ya está coordinada con la nueva administración" (ídem). En otras palabras, la política de respaldo incondicional de Estados Unidos a la masacre sionista en Gaza la dicta, directamente, Barack Obama.
"Dieciocho meses de tranquilidad en el sur es un logro que puede darle a Israel el tiempo para tratar con desafíos estratégicos mucho más complejos que el planteado por Hamas", escribe Ari Shavit (Haaretz, 8/1). Se refiere, claro, a Irán. Recientemente, el gobierno norteamericano hizo saber que había rechazado el pedido de Israel de bombas "anti-bunker" para atacar las instalaciones nucleares iraníes y que le había negado permiso para sobrevolar el espacio iraqui con destino a Irán. Israel tiene su propia "agenda" frente a Irán, que no coincide con la que Obama hizo pública: comenzar negociaciones diplomáticas directas con Irán.
Con el respaldo incondicional a Israel en su ataque a Gaza, Obama puede estar hipotecando su propia presidencia.
Crisis mundial
Israel lanzó su ofensiva cuando un sinnúmero de conflictos internacionales están abiertos y el imperialismo no logra resolverlos. A los pantanos de Irak y, sobre todo, de Afganistán, se ha sumado la crisis entre la India y Pakistán, que amenaza con desestabilizar a toda la región. La crisis en el Caucaso -que llevó a la guerra de Rusia contra Georgia- sigue abierta. El imperialismo norteamericano debe penar con una serie de gobiernos nacionalistas en América Latina a los que no consigue encorsetar.
Israel está en guerra contra el pueblo palestino desde 1948. Pero un Estado que sólo puede existir mediante la guerra y las masacres permanentes, es un Estado inviable.
Crimen contra la humanidad
La ofensiva lanzada por Israel contra la Franja de Gaza es un castigo colectivo contra el pueblo palestino, un crimen contra la humanidad. La infraestructura civil de Gaza -plantas de energía, de distribución de agua, el sistema cloacal, escuelas, universidades, ministerios, mezquitas, viviendas- fue destruida sin misericordia. "Llevará muchas décadas reconstruirla", se ufanó un comandante israelí (Haaretz, 7/1). Los métodos utilizados por el ejército sionista son bárbaros: bombas de fósforo blanco, municiones de uranio empobrecido, bombas de tungsteno que producen grandes amputaciones en las víctimas, bombas de fragmentación. Todo esto se dispara contra la población civil desarmada que se hacina en la Franja.
La derrota de la invasión sionista está en el interés de todos los pueblos del mundo.
Luis Oviedo
Reservistas del ejército israelí enviados a Gaza rehusaron ingresar en los territorios en protesta por el asesinato de civiles palestinos. El lunes trascendió que un soldado llevaba 14 días detenido en un instituto militar; es el primero que desobedeció las órdenes de entrar en operaciones.
La organización de derechos humanos Omet informó que ocho reservistas solicitaron su asesoramiento legal desde el comienzo de la invasión. Tres se han negado frontalmente a entrar en Gaza y otros dos acordaron con sus comandantes que no participarían en los combates de su unidad (Haaretz, 12/1).
La Paz, 14 de enero (DPA) - El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció hoy en La Paz que rompe relaciones diplomáticas con Israel por los ataques "desmesurados" del ejército israelí en la Franja de Gaza.
El anuncio de Morales se produjo durante el saludo protocolar del cuerpo diplomático acreditado en Bolivia, según reportaron varias emisoras locales. Morales exhortó a la Corte Penal Internacional de La Haya a que juzque los ataques de Israel en Gaza, que ya suman más de mil muertos.
El presidente boliviano pidió asimismo que le fuera retirado el premio Nobel de la Paz al presidente israelí, Shimon Peres.
La decisión de Bolivia tiene lugar ocho días después de que Venezuela expulsara al embajador de Israel en Gaza en señal de condena por la ofensiva militar israelí.
En la noche del 4 de noviembre, cuando el mundo entero estaba pendiente de los resultados de las elecciones norteamericanas que se realizaban ese día, Israel atacó una casa en Gaza. Asesinó a seis militantes de Hamas, dos de los cuales eran altos jefes. El ataque ocurrió sin ninguna provocación por parte de Hamas o de cualquier otra organización palestina de Gaza (El País, 10/1).
Con este ataque, Israel quebró la tregua establecida en julio, según la cual las organizaciones palestinas se comprometían a no disparar cohetes contra las ciudades del sur de Israel a cambio de la apertura de los pasos fronterizos para el ingreso de alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad. Israel, sin embargo, nunca redujo el bloqueo contra Gaza.
La elección de la fecha del ataque israelí pretendía que pasara inadvertido.
El ataque se produjo en el mismo momento en que "la tregua se encontraba en su momento más efectivo (porque) el fuego de cohetes y morteros prácticamente había cesado", reconoce el Centro de Información de Inteligencia y Terrorismo (Itic, por su nombre en inglés) en un informe publicado el mes pasado en Tel Aviv. Itic es parte del Centro Israelí de Conmemoración de la Herencia, una ONG próxima a la comunidad de inteligencia israelí (Inter Press Service, 9/1).
Según Gareth Porter, un especialista norteamericano que comenta el informe de la ONG israelí, los servicios de inteligencia sionistas estaban perfectamente al tanto de que, pese a que Israel no levantaba el bloqueo, "Hamas intentó hacer cumplir los términos de la tregua a otros grupos palestinos, tomando una serie de medidas contra las redes que lo violaban, que incluyeron la detención de sus miembros y la confiscación de sus armas" (ídem). Así, logró que sólo se dispararan dos cohetes entre octubre y noviembre. El informe indica, además, que Hamas buscó el apoyo de la opinión pública de Gaza para su política de cese del fuego" (ídem).
El mismo informe señala que el alto mando israelí, sus servicios de inteligencia y el gabinete sabían perfectamente que Hamas tenía un interés efectivo y verdadero en la renovación de la tregua. Porter indica que "el 21 de diciembre, cinco días antes del inicio de la ofensiva israelí, Yuval Diskin, jefe del Shin Bet, la agencia de seguridad interna de Israel, advirtió al gabinete: 'No se equivoquen. Hamas está interesada en el mantenimiento de la tregua'..." (ídem).
El informe de la propia inteligencia israelí reseñado por Porter confirma la falsedad de la "historia oficial" sionista. Israel no cumplió la tregua, atacó militarmente a Gaza cuando las organizaciones palestinas cumplían el 'cese del fuego' y montó un conjunto de provocaciones para impedir su mantenimiento.
El objetivo de estas provocaciones era justificar el lanzamiento de una operación de exterminio que el alto mando sionista venía preparando desde mediados de 2006.
Durante años, Israel pretendió que era "la única democracia de Medio Oriente".
En las últimas horas, sin embargo, el Comité Central Electoral de Israel anunció la prohibición de que los partidos árabes participen en las elecciones parlamentarias del mes próximo. Estos partidos están constituidos de acuerdo con la legislación vigente en Israel y cuentan, en la actualidad, con siete diputados en la Knesset (parlamento). La prohibición no alcanza al Partido Comunista, que habitualmente presenta listas mixtas de ciudadanos de origen árabe y judío.
"El portavoz de la Knesset, Giora Pordes, explicó que el Comité Electoral votó abrumadoramente a favor de la moción (presentada por dos partidos ultranacionalistas, de extrema derecha), acusando a los partidos de los árabes israelíes de apoyar a grupos terroristas y de rechazar el reconocer el derecho de Israel a la existencia" (Haaretz, 12/1). Los argumentos utilizados para proscribir a los partidos árabes de las elecciones (apoyar a los "enemigos de Israel") anticipan la posibilidad de su completa ilegalización.
El Estado sionista responde así a las grandes manifestaciones protagonizadas por los árabes-israelíes (ciudadanos israelíes de origen árabe) contra la masacre en Gaza. Un ejemplo es la reciente manifestación de 100.000 árabes-israelíes que tuvo lugar en la norteña ciudad de Sakhnin. También hubo grandes manifestaciones en otras ciudades de mayoría árabe, como Un el-Fahem, Tira y Taybe. Desde el comienzo de las manifestaciones, 700 árabes-israelíes que participaron en ellas fueron detenidos por los servicios de seguridad israelíes (Haaretz, 13/1).
La "radicalización" de los árabes de Israel y su "creciente identificación" con la causa palestina es la consecuencia de la sistemática política de discriminación que sufren. Sus condiciones de vida, de trabajo, de salud, de educación, de vivienda, son infinitamente inferiores a las de los ciudadanos de origen judío; la policía los somete a un acoso sistemático. A todos estos agravios el Estado sionista le suma, ahora, la proscripción de sus partidos políticos.
Ahmed Tibi, diputado y dirigente de uno de los partidos árabes proscriptos, denunció que "se trata de un enjuiciamiento político encabezado por un grupo de fascistas y racistas deseosos de ver una Knesset y un Israel sin árabes" (ídem). No hace mucho, la canciller Livni anunció que "invitaría" a los ciudadanos palestinos a marcharse, porque "Israel es un Estado judío".
Es común leer que la razón por la cual el Estado sionista puede llevar adelante la masacre en Gaza virtualmente sin oposición interna es que la población israelí se ha "derechizado" y hasta se ha "fascistizado". Es una argucia para justificar la matanza.
En Israel, como en cualquier otra parte, lo que se denomina "la población" es una masa heterogénea y contradictoria que no se expresa directamente; lo hace a través de partidos políticos. Antes de responsabilizar a la población por la masacre, hay que analizar las posiciones de los partidos que forman su opinión. Los partidos oficiales y también los de la llamada "izquierda sionista" cerraron filas con el gobierno y con el ejército.
Un caso diferente es el del Partido Comunista de Israel, que interviene activamente en las manifestaciones que se desarrollan en Israel contra la matanza en Gaza, tanto en las que tienen como protagonistas a la población de origen judío como a las que se desarrollan en las ciudades de mayoría árabe. Un comunicado del PCI informa que ha participado y organizado las manifestaciones "casi diarias (que tienen lugar en) Tel Aviv, Jerusalén, Haifa, Nazareth, Un el-Fahem, Tira, Taybe y otras ciudades".
En esos actos, los representantes del PCI denuncian la masacre en Gaza como "crímenes de guerra", y "Tzipi Livni (canciller israelí), Ehud Barak (ministro de Defensa) y otros líderes políticos y militares por estos flagrantes crímenes, cometidos como parte del proceso de elecciones en Israel".
¿Pero en función de qué política acusan el PCI a los dirigentes sionistas?
El PCI acusa a los dirigentes del Estado de Israel de llevar adelante una política "mortífera pero no efectiva" para "efectuar cambios políticos". En palabras de Don Khein -miembro del parlamento de Israel por el Hadash (el frente encabezado por el PCI) y líder del PCI-, "el asedio militar (...) sólo sirve para unir a la población alrededor de Hamas". El PC sostiene la existencia de "dos demonios" -los criminales de guerra que gobiernan Israel y Hamas- que se refuerzan mutuamente.
Pero los "dos demonios" no están, según el PC, en el mismo plano. Con Hamas, tiene una divergencia de principios; por eso quiere terminar con él. Con los dirigentes del Estado de Israel comparte un objetivo estratégico: terminar con el gobierno de Hamas en la Franja de Gaza. Del comunicado del PC se desprende que el levantamiento del cerco y el establecimiento de un cese del fuego sería una forma más efectiva de lidiar con Hamas y, al mismo tiempo, de fortalecer a la dirección de la Autoridad Palestina.
Es cierto que los "dos demonios" no están en el mismo plano, pero en un sentido diferente al que presenta el PCI. Mientras el Estado de Israel representa la opresión nacional del pueblo palestino (en Gaza, en Cisjordania y en el propio Israel), Hamas representa la resistencia nacional palestina a esa opresión, una resistencia que la dirección de Abbas ha abandonado hace tiempo. Por esa razón lo respalda la población palestina masacrada, hambreada y aterrorizada. Por esa misma razón, es la obligación de los revolucionarios defender incondicionalmente la resistencia palestina ante la agresión sionista.
El PC de Israel defiende al estado sionista y la eliminación -por medios 'pacíficos'- de la resistencia palestina. Se trata de una opinión que muchos, no necesariamente 'izquierdistas', comparten plenamente.
Recientemente, Martin Indyk -ex embajador norteamericano en Israel, ex subsecretario de Bill Clinton para Medio Oriente y potencial funcionario de Obama- declaró que "la estrategia (avalada por los norteamericanos y los europeos) que tendía a mejorar las condiciones de los palestinos en Cisjordania y, al mismo tiempo, a hacer más dura la vida en Gaza, porque era controlada por Hamas, no ha funcionado" (Corriere della Sera, 11/1). Palabra por palabra, el ex funcionario repite la crítica del PC.
El diario El País acaba de publicar una crónica de la matanza de civiles que tuvo lugar el 4 de enero en el barrio de Zeitun, en el este de la ciudad de Gaza.
"Los militares israelíes obligaron a 110 personas, la mitad de ellos niños, a abandonar sus viviendas y los obligaron a refugiarse en un edificio. Un día después lo bombardearon. Al menos 31 personas murieron, según la denuncia de una agencia de las Naciones Unidas y de una ONG israelí, la mayoría de ellos miembros de la familia Samuni.
"Durante tres días, a los servicios médicos se les impidió el acceso a la casa. Cuando se les permitió, sólo pudieron hacerlo a pie. Sin ambulancias. Los relatos de los testigos oculares y de Ahmed Ibrahim Samuni, un chico de 13 años que sobrevivió con heridas en el pecho y en una pierna son estremecedores.
"...'Estábamos durmiendo todos en una habitación cuando los tanques y los aviones bombarderaron. Un proyectil impactó en la casa. Salimos y vimos a 15 hombres que descendían de un helicóptero. Los soldados golpearon a los vecinos y los obligaron a entrar en una casa', contó el niño. Al día siguiente, gran parte de su familia fue masacrada en esa casa. Ahmed se encargó de cuidar a tres hermanas durante tres días junto al cadáver de su madre muerta y de 30 inocentes más. 'No había agua ni pan ni nada que comer'...
Los bloqueos armados por los soldados impedían el paso de las ambulancias; los heridos debieron ser transportados en carros tirados por burros.
Como toda respuesta, el gobierno de Israel aseguró que "realizará una investigación".
Es la misma respuesta que dio después del bombardeo de las tres escuelas de la ONU, que dejaron más de 50 civiles muertos, la mayoría niños. La misma que dio en 1996, cuando la aviación bombardeó una sede de la ONU en Qana y mató a 106 personas, la mitad niños; o, en 2006, cuando los helicópteros dispararon contra los civiles desarmados en el pueblo libanés de Marwahin.