El gobierno de Juan Manuel Santos prometió el desarrollo de cinco ejes programáticos, a los que llamó “locomotoras del crecimiento”. Además del agro, la infraestructura, la vivienda y la innovación, el sector minero es considerado, por el actual gobierno, como uno de los motores fundamentales del crecimiento económico.
Los sectores sociales, rurales y ambientalistas colombianos, plantean, por su parte, preocupaciones legítimas frente a lo que significará para los ecosistemas estratégicos, los territorios de pueblos ancestrales y las comunidades rurales, en general, la puesta en marcha de la locomotora minera. Surge, además, una preocupación adicional respecto al programa de gobierno de Santos, ‘Prosperidad para todos’: ¿A quién favorecerá realmente el avance de dichas locomotoras?
Las recientes declaraciones del primo del actual presidente de la República de Colombia, para el canal árabe Al-Jazeela, Juan Carlos Santos (director corporativo de Medoro Resources, transnacional que compró la mina de oro de Marmato, Caldas, y propugna por la monopolización de la explotación de oro en el país) evidencian una realidad descrita de esta manera cruda por el propio director de Medoro: “Con las chequeras las trasnacionales pueden comprar todo”. Este comprar todo significa, por ejemplo, que cuando las comunidades deben ser desplazadas, “la compañía simplemente saca la chequera”.
Sin duda esta actitud de abierta desfachatez no sería posible si no hubiera un clima político favorable a estas empresas, en detrimento de los intereses de los pobladores de las regiones con potencial minero, quienes se ven, en la práctica, poco beneficiadas, cuando no perjudicadas por el desarrollo intensivo de esta actividad, ya sea porque se les despoja de sus territorios, por la contaminación de las aguas, por la pérdida de sus fuentes de trabajo tradicional, de la biodiversidad, etc.
El propio diario El Tiempo prendió las alarmas, en días pasados: “No pueden pasar desapercibidas en el país las declaraciones dadas a este diario por el ex ministro de Ambiente Manuel Rodríguez, quien, de manera particularmente directa, puso el dedo en la llaga sobre el tema de la minería en Colombia. Con claridad, el ex funcionario señaló cómo el país transita por un camino equivocado, que lo puede llevar a una verdadera tragedia ecológica, por cuenta del enorme desorden existente que, lejos de disminuir, parece ir en aumento. […]Gracias al alza de las cotizaciones de las materias primas, motivada a su vez por la demanda en Asia, hay un interés sin precedentes en el desarrollo de proyectos mineros. Colombia, que es rica en carbón y oro, además de tener un gran potencial en otros elementos, ha visto la llegada de centenares de inversionistas que en el pasado se abstuvieron de apostarle a una nación que era poco atractiva a la luz de sus conocidos problemas de seguridad. Sin embargo, esa avalancha se presentó sin que el país tuviera la legislación adecuada ni las instituciones para enfrentarla.
Para colmo, la corrupción infectó a varias entidades, como lo muestra la feria de títulos mineros otorgados por Ingeominas durante la administración pasada, de los cuales algunos estaban en zonas de páramos o en parques naturales. […]Prácticas como las de invitar a los integrantes de las corporaciones públicas con todos los gastos pagados, o contratar a ex funcionarios salidos del Gobierno tienen que acabarse, pues, de lo contrario, la ciudadanía terminará oponiéndose a la marcha de una bonanza que, por ahora, tiene poco para mostrar”.
El hecho de que funcionarios del Gobierno anterior han pasado a servir los intereses de estas empresas, hace pensar en una puerta giratoria, en donde, desde cargos públicos, servían a las mismas multinacionales que hoy los emplean. Algunas de estas personas son: La ex canciller María Consuelo Araújo, actual presidenta de la Gran Colombia Gold Company; el ex viceministro de Justicia Rafael Nieto, jefe de Greystar; la antigua consejera presidencial Claudia Jiménez dirige el gremio de la Gran Minería ; son hoy empleadas de MPX Leyla Rojas, ex viceministra de Aguas; Diana Zapata , ex directora de licencias ambientales, y Adriana Rodríguez, ex consejera ministerial; Julián Villarruel, ex director de Ingeominas, presta sus luces a la AngloGold Ashanti, donde la antigua directora de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, Gloria Lucía Álvarez, es asesora jurídica.
A este escenario dramático se le suman otras perlas del sector minero: Jornadas laborales que alcanzan las 63 horas semanales; en la Drummond, persecución sindical con asesinatos incluidos por cuenta de los paramilitares; salarios bajos, condiciones inicuas de trabajo y tercerización laboral.
Es por todas estas razones que algunas organizaciones hacen un llamado a la vigilancia ante las supuestas bondades que traerían las multinacionales mineras, quienes, en su afán de conquistar a los moradores de las regiones donde se busca hacer exploraciones y explotaciones, ofrecen falsas promesas. Es el caso de
la AngloGold Ashanti. Para la muestra, dos de las grandes mentiras del gerente especial para La Colosa, el chileno Jorge Tapia.
Según Tapia, “La Colosa generaría en toda su vida unos 18 mil millones de dólares, de los cuales 14 mil millones quedarían en Colombia, ya sea por servicios, bienes, ocupación, operación, impuestos, pago de regalías, seguros, derechos y tantas otras cosas”. Pero la realidad es que ninguna de las codiciosas multinacionales mineras del oro, trabaja con una rentabilidad, utilidad o ganancia del 22.23%.
Segunda mentira: “Se requeriría 15 millones de metros cúbicos de agua/año y eso representa menos del 1.5 por ciento de la disponibilidad del río Coello”.
Al señor Tapia se le olvida en forma premeditada, que el hidrogeólogo Carl Brechtel, director de la Colosa en 2009 (y quien realizó el estudio de uso del agua para Anglogold Ashanti Aga en la mina La Colosa ), le afirmó en el mes de febrero de 2009 al hidrogeólogo y geoquímico Robert Moran (la mayor autoridad mundial en minería a cielo abierto, con más de treinta años de experiencia en este tipo de minas y de trabajo en veinte países del mundo, consultor y asesor internacional de Pax Christi, Holanda, para el tema de los impactos ambientales de Cajamarca), que
“AGA necesitará aproximadamente 1.0 metro cúbico de agua por segundo para procesar cada tonelada de mineral. Procesar una tonelada de mineral requerirá entonces anualmente 31.5 millones de metros cúbicos de agua. Teniendo en cuenta el procesamiento calculado, de entre los 20 y 35 millones de toneladas de mineral anuales, esto requerirá aproximadamente por año entre 631 millones y 946 millones de metros cúbicos de agua para el procesamiento. Si la vida operacional de la mina ha sido calculada entre 15 y 25 años, entonces el uso total de agua durante el tiempo de duración de la mina sería igual a un volumen que se sitúa aproximadamente entre los 9.5 billones y los 23.6 billones de metros cúbicos". Esto jamás ha sido desmentido por AGA. Más aún si se van a procesar 600.000 toneladas de roca al día, como sucede actualmente en la mina de Yanacocha en Cajamarca, Perú, en la Cordillera de los Andes y en las mismas condiciones ecológicas de Cajamarca, Tolima. Esta Información se puede corroborar en el informe de Pax Christi Holanda de enero de 2009.
Es justamente para estar vigilantes frente a este tipo de burdas promesas, presentadas por las multinacionales mineras, que algunos foros se están desarrollando en todo el país. Uno de ellos tuvo lugar en junio en el municipio de Jericó, Antioquia, departamento en donde cerca del 80% del territorio está siendo requerido para proyectos mineros. Durante este segundo Foro Minero de Jericó, la comunidad y la organización de mineros se opusieron a la exploración y explotación de una mina de oro por parte de la multinacional AngloGold Ashanti , para defender su biodiversidad y soberanía alimentaria, las cuales se verían afectadas por la actividad minera. Otro foro, titulado “Foro Minero: ¿Agua o Minería?”, está programado en el corregimiento de San Pablo, Támesis, el 23 de julio de 2011 a las 9:00 am.
Como lo advierte el periódico Desde abajo, en su edición 170 de junio de 2011, la coyuntura mundial que favorece la extracción de productos mineros puede resultar en un amargo viaje al pasado colonial, sino se incluye dentro de la locomotora minera, la innovación tecnológica y el desarrollo social.
Fotomontaje: José Luis Jaimes
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