Leído por leída por Keith Olbermann el 5 de Octubre de 2011. Ya que nos hemos reunido en solidaridad para expresar un sentimiento de injusticia masiva, no debemos perder de vista lo que nos unió. Lo escribimos para que todas las personas que se sienten agraviadas por la fuerza de las empresas corporativas de todo el mundo, puedan saber que estamos a su lado.
Como un solo pueblo, unido, reconocemos la realidad: que el futuro de la raza humana requiere la cooperación de sus miembros, que nuestro sistema debe proteger nuestros derechos, que por encima de la corrupción de ese sistema, es deber de las personas proteger sus propios derechos y los de sus vecinos, que un gobierno democrático deriva su poder sólo de la gente y no de las corporaciones que no piden permiso para extraer la riqueza de la gente y de la tierra, y que la verdadera democracia no es posible cuando el proceso está determinado por factores económicos de poder.
Venimos a ustedes en un momento en que las empresas que anteponen su beneficio sobre el de las personas, su propio interés sobre la justicia y la opresión sobre la igualdad, rigen a nuestros gobiernos.
Nos hemos reunido aquí pacíficamente, como es nuestro derecho, para que estos hechos se conozcan.
Ellos han tomado nuestras casas mediante desahucios ilegales, a pesar de no tener la hipoteca original.
Han realizado rescates financieros con el dinero de los contribuyentes en total impunidad y siguen dando primas exorbitantes a sus directivos.
Han perpetuado la desigualdad y la discriminación en el trabajo, basándose en la edad, el color de la piel, sexo, identidad de género y orientación sexual.
Han envenenado el suministro de alimentos por negligencia y han socavado el sistema agrícola a través del monopolio.
Se han beneficiado de la tortura, el confinamiento y el trato cruel de innumerables animales, ocultando activamente estas prácticas.
Han buscado continuamente despojar a los empleados de su derecho a negociar por mejores salarios y condiciones laborales más seguras.
Han esclavizado a los estudiantes con decenas de miles de dólares de deuda en educación, que es en sí misma un derecho humano.
Tienen consistentemente mano de obra subcontratada y usan ese método como palanca para recortar la atención médica de los trabajadores y sus salarios.
Han influido en los tribunales para conseguir los mismos derechos que las personas, pero sin ninguna de sus culpabilidades o responsabilidades.
Se han gastado millones de dólares en abogados para encontrar la forma de librarse de los contratos referentes al seguro médico.
Han vendido nuestra privacidad como si fuera mercancía.
Han usado la fuerza militar y policial para impedir la libertad de prensa.
Se han negado deliberadamente a retirar productos defectuosos que ponen en peligro la vida, en su búsqueda de ganancias.
Determinan la política económica a pesar de los fracasos catastróficos de que sus políticas han producido y continúan produciendo.
Han donado grandes sumas de dinero a los políticos que tienen la responsabilidad de regularlos.
Continúan bloqueando formas alternativas de energía para mantenernos dependientes del petróleo.
Continúan bloqueando formas genéricas de medicamentos que pueden salvar o aliviar vidas, con el fin de proteger las inversiones que ya les han generado ganancias sustanciales.
Han encubierto intencionalmente derrames de petróleo, accidentes, contabilidad defectuosa y excipientes en su búsqueda del lucro.
Han mantenido a propósito desinformada y temerosa a la gente, a través del control de los medios de comunicación.
Han aceptado contratos particulares para asesinar prisioneros incluso cuando se les presentaban serias dudas sobre su culpabilidad.
Han perpetuado el colonialismo en su país y en el extranjero.
Han participado en la tortura y el asesinato de civiles inocentes en el extranjero.
Continúan creando armas de destrucción masiva con el fin de recibir contratos del gobierno.
A la gente del mundo, nosotros, la Asamblea General de la ciudad de Nueva York, ocupando Wall Street en la Plaza de la Libertad, le instamos a que hagan valer su poder.
Ejerzan su derecho a reunirse pacíficamente, ocupar el espacio público, crear un proceso para abordar los problemas que enfrentamos y generar soluciones al alcance de todos.
A todas las comunidades que toman medidas y forman grupos en el espíritu de la democracia directa, les ofrecemos apoyo, documentación, y todos los recursos a nuestra disposición.
Únanse a nosotros y hagan que su voz se escuche!
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